15 minutos para la carrera, Víctor Seara (o era el calvo??) habla con Pedro Martínez de la Rosa y le pregunta por las previsiones de lluvia que ha calculado McLaren.
Pedro dice que no tienen previsiones de lluvia hasta mediada o más la carrera, pero que tampoco es probable.
Gracias a Dios, (y por el bien del espectáculo) los meteorólogos de McLaren se equivocaron (de McLaren, de Ferrari, de BMW…, de todas las escuderías. Bueno, de todas no).
5 Minutos para la carrera, el Spyker de Markus Winkelhock entra a boxes y pone neumáticos de lluvia (quizá no fue a 5 minutos de la carrera, pero es por darle un toque más épico, jeje).
Salía el último, pero mediada la primera vuelta comenzó el gran espectáculo que nos deleitó el impresionante baile de monoplazas bajo la lluvia de Hungría.
Consiguió la primera plaza sin entrar a boxes, cosa que tampoco consiguió Raikkonen, no al menos en su primer intento.
Qué gran espectáculo, y que risas con los amigos, no por la desgracia de Raikkonen, sino por lo insólito del hecho. Intentó entrar a boxes, lideraba la carrera, y en su intento derrapó sobre el carril de acceso y volvió a la pista, quedando imposible su nuevo acceso al carril de boxes por el famoso muro de las celebraciones.
Tuvo que entrar una vuelta más tarde, con todo lo que ello conllevaba. Perdió más de 30 segundos.
Pero eso no importó.
Winkelhock rodaba primero, quién lo iba a decir.
El sábado en la clasificación no hacía más que oír quejas a este “pobre” nuevo piloto, que se ha ganado el puesto a base de “economía”. Y ahora lideraba una carrera del mundial, con quizá la escudería más pobre y menos evolucionada del circuito.
Qué grandes momentos, y que poco duró.
Injusto no dejarle sus 15 minutos de gloria, pero comenzó el gran baile de la tarde, con una cámara clavada en el, este sí, más impresionante espectáculo de la tarde, con tres coches clavados en la arena de la primera curva, y otros tres que llegarían bajo la atenta mirada de la afortunada cámara, y los botes y rebotes de todos nosotros en los sofás.
Qué grande todo aquello, qué risas. Sin duda, el momento más divertido de la carrera.
Totalmente caótico.
Tuvo que salir el Safety Car, con más miedo si cabe que los bólidos de carbono, y de un palmo se libró de la última víctima de la famosa curva, Luzzi planeaba literalmente sobre el asfalto y acabó detenido frente a una grúa de asistencia que no debería estar ahí.
Gracias a Dios, Luzzi no rodaba a gran velocidad, no quiero pensar qué habría pasado si a la velocidad del accidente de Hamilton el sábado (gracias a Dios no hubo nada que lamentar), se estampa contra un muro de hierro.
Y curiosamente esa grúa iba en auxilio del actual líder del mundial, Louis Hamilton, que había sido una de las víctimas de la ya famosa escena del baile con la curva.
La grúa lo devolvió a la pista, con una vuelta de desventaja, eso sí.
La dirección de carrera mostró la bandera roja. El circuito no era practicable (seguro) para los pilotos, aunque en mi modesta opinión, yo habría dejado que surgieran los acontecimientos. Sí, con lluvia era más probable que muchos coches acabaran fuera del circuito, pero la velocidad que llevarían al salirse creo que no implicaba excesivos riesgos para el piloto, y habría sido un auténtico espectáculo.
A pesar de todo, bandera roja. Winkelhock primero, seguido de Massa (que había adelantado a Alonso tras una mala salida de éste y una buena maniobra de los dos Ferrari, Alonso le seguía, y por detrás los dos Sauber, sí, los dos Sauber.
Al final, Webber consiguió el tercer puesto con el Sauber, y no se puede decir que haya sido gracias a la lluvia, ya que dejó de llover y hasta 10 vueltas para el final no volvió a hacer acto de presencia.
No recuerdo bien cómo transcurrió la carrera en los puestos ajenos a los primeros puestos, demasiadas emociones, sólo recordar que a Hamilton le dejaron “desdoblarse”, con el Safety Car en pista, durante tres vueltas más de las previstas, para darle tiempo para hacerlo (injusto a mi modo de ver), que aprovechó para colocar los neumáticos de seco (cosa que benefició a Alonso para saber en qué momento colocarlos); que Raikkonen no acabó la carrera, cosa que empieza a oler mal siempre que le sucede a este “pobre” finlandés; que el gran héroe Winkelhock tampoco pudo consagrarse como la sorpresa del Gran Premio, y que Hamilton acabó a un solo puesto de conseguir puntos, tras una ¿brillante? carrera.
Pero centrados en los dos primero puestos, todos los Alonsistas confiábamos en que Alonso pudiera alcanzar a Massa en el segundo reportaje.
No ocurrió así, y confiábamos en que lo hiciera durante el trazado.
Pero ni los doblados ayudaron, ni Massa dejaba oportunidad alguna a la esperanza.
Dos menos cuarto, mensaje en la pantalla, 12 vueltas para el final. La dirección de carrera prevé lluvia en 10 minutos.
Todos los que me rodeaban se acongojaron, diciendo “Mamasita, mamasita, que me quede como estoy”. No querían complicación y se conformaban con el segundo puesto de nuestro campeón.
Yo les decía, “No, Alonso es el mejor en lluvia, saca más de 20 segundos al tercero, y si llueve, lo va a hacer mejor que Massa”.
Mano de santo, dicho y hecho.
Llueve en menos de 5 minutos y Alonso empieza a comerse los 7 segundos de que disponía Massa.
Un intento, dos, hasta tres intentos acojonaron a Massa y le anunciaron que perdería la carrera a menos de 5 vueltas para el final.
Yo confiaba en Alonso, y así resultó.
En un adelantamiento impresionante (el de Hamilton a Fisichella también fue grandioso, pero no implicaba lo que éste), por fuera, como hace nuestro amigo Lorenzo, adelantó a Massa, no sin llevarse un recuerdo de sus neumáticos, cosa que recordó al finalizar la carrera.
No me pareció correcto el gesto de Alonso tras la carrera para con Massa, aunque mucha gente del mundo de la F1 no está en desacuerdo con lo que hizo. Es más, más de uno ha dicho que si no se le dice a Massa que tenga cuidado, otras veces quizá lo vuelva a hacer.
Peor fue la reacción de Massa, con insultos incluidos, y un recuerdo a otra acción pasada que no le recordó Alonso, pero sí tuvo en mente Massa (por qué lo recordó?? curioso).
Al final, Alonso se disculpó, y el que quedó peor fue Massa.
No me pareció correcto lo de Alonso, pero creo que Massa se equivocó aún más, y no con la maniobra, que yo considero fortuita e inevitable (incluso creo que se le va el culo del coche en la curva). Si hubiera querido echarlo, lo habría podido hacer sin problemas, y no lo hizo.
Lo que no disculpo es su actitud ante la reprimenda de Alonso.
Un saludo a todos
